jueves, 1 de octubre de 2009

Conocidos escritores peruanos




Primero Ciro Alegría y su vocación por la naturaleza, luego el desgarramiento de Arguedas y la modernidad utópica de Vargas Llosa.

Alegría representa la Naturaleza como una fuerza omnipotente que crea un tiempo circular y ritual. El río Marañón y la exuberancia de colores, texturas, sonidos de la selva alcanzan en su primera novela una densidad vital impresionante.
El mundo es ancho y ajeno es su novela más importante no solo por la complejidad de la estructura textual, sino por la notable capacidad de simbolizar en clave universal el conflicto local entre la comunidad andina y el terrateniente coludido con las autoridades estatales. El proyecto novelístico de Alegría encuentra sus límites en la representación del lenguaje del subalterno. Sus diferentes soluciones (transcripción fonética del habla del otro, doble registro lingüístico entre el narrador y los personajes, incisión de palabras de las lenguas nativas o el habla local) nunca alcanzaron la plena cohesión estética.

Arguedas y el problema de la diferencia

José María Arguedas es el novelista más significativo del siglo XX peruano. Héroe cultural, significante nómada, huaca moderna, la figura de Arguedas ha sido conocida, pero sus novelas son fascinantes, no pierden la capacidad de fluir, interpelar nuestro presente y simbolizar el futuro. A diferencia de los novelistas inscritos en el horizonte moderno y que se vuelven cada día más arcaicos, la obra de Arguedas enfrenta y formaliza la médula de la heterogeneidad y la diferencia cultural: las fantasías de la nación, la dialéctica del centro/margen, el poder de las lenguas híbridas, las traducciones fallidas, el resto irreductible que no puede ser representado por el lenguaje. Los estudios y los lectores de Arguedas crecen en todo el mundo y sus textos lo han catapultado como emblema del escritor poscolonial de la región andina. Sin embargo, ni los estudios literarios ni las ciencias sociales de su época comprendieron a cabalidad el corazón incendiado de su obra, él murió convencido de que había vivido en vano.
Arguedas es el Guaman Poma del siglo XX, un traductor político que termina recreando el español y el quechua, transformando el género novelístico, narrando mitos en escenarios modernos, construyendo sujetos andinos híbridos que desestabilizan la armonía del mestizaje. El indígena de Arguedas es un indígena ficcional y el mundo representado de sus novelas es también un mundo imaginado desde su competencia literaria, sus experiencias vitales y sus conocimientos antropológicos.
La obra de Arguedas crea sus propios precursores y define un modelo de novela transcultural que todavía sigue ofreciendo frutos en los nuevos escenarios andinos o en la Lima.

Vargas Llosa y la utopía de la modernidad
Mario Vargas Llosa es el novelista más dotado del siglo XX peruano, autor de un puñado de textos excepcionales, la calidad de éstos y el éxito fulminante en el mercado editorial significó el ingreso de un peruano al cuarteto estelar del denominado "boom" hispanoamericano. Vargas Llosa encontró su principal masa lectora fuera del Perú y se vio obligado a seguirla, él es desde hace mucho un ciudadano del mundo y un intelectual de los tiempos modernos.
Su compromiso con las técnicas narrativas modernas de la novela , y su afán totalizador teniendo como eje la ciudad lo convierten en el hito más influyente de la novela peruana posterior. La trayectoria de Vargas Llosa está jalonada por fascinaciones y desencantos, en sus primeros años rendido admirador de Sartre y de la literatura comprometida, posteriormente, la influencia de la poética de Flaubert y las pretensiones de abarcar todas las dimensiones de la realidad propia de las novelas de caballería serán determinantes en La ciudad y los perros , La casa verde , Conversación en La Catedral y La guerra del fin del mundo . Paralelamente, desarrolla una variada gama de subgéneros con resultados desiguales: novela rosa, novela policial, novela erótica, entre otras.
Vargas Llosa es el mejor novelista del siglo XX, pero Ciro Alegría sigue siendo el más significativo para nuestra cultura.

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